En los años 1960 se empleó la etiqueta de “Instrucción Asistida por Ordenador” (IAO) [del inglés Computer Assisted Instruction, CAI]. Las teorías que se enmarcan en este paradigma reflejaban la visión general sobre la educación y la instrucción en aquella época. En otras palabras, la filosofía de aprendizaje implícita en la instrucción asistida por ordenador era altamente conductista. Bajo una fuerte influencia de la investigación en Inteligencia Artificial (IA), en los años 70 surgió un nuevo paradigma con la etiqueta de “Sistemas de Tutoría Inteligente” (STI) [del inglés Intelligent Tutoring Systems, ITS]. Debido al estímulo de los avances en el campo de la inteligencia artificial, se creyó que si la IA podía ser utilizada para construir sistemas que pudieran mostrar comportamientos altamente inteligentes, también podrían utilizarse en la educación. El siguiente paradigma que apareció fue denominado "Logo como latín". La base epistemológica se tomó prestada de Jean Piaget y sus ideas sobre el aprendizaje, según las cuales los avances en el conocimiento debían basarse en el conocimiento anterior mediante mecanismos de asimilación y adaptación. Por último, nos encontramos ahora en un paradigma en el que el aprendizaje en colaboración es considerado como un mejor medio para un aprendizaje significativo y se emplean nuevos y diferentes métodos de investigación. En el marco de este paradigma, el aprendizaje es considerado como una actividad social en la cual adquiere importancia la comprensión del lenguaje y de la cultura. Aquí, el enfoque de la investigación tiene mayores similitudes con las ciencias sociales y las humanidades que con la psicología.
Hoy en día nos aproximamos a los 900 millones de usuarios de la Red. Es un número imponente, que está transformando nuestra forma de hacer negocios, así como la gestión, por parte de los gobiernos, de sus obligaciones y de nuestro bienestar. Las tecnologías de nuestro tiempo influyen en nuestra forma de pensar, en las metáforas que utilizamos (Lakoff / Johnson, 1980) y en nuestra organización social. Es la "tecnología definitoria" de nuestra época (Bolter, 1984). Además, los avances tecnológicos han influido sobre nuestras nociones con respecto a nuestra forma de pensar y actuar (Newell / Simon, 1972). Hay gente que afirma que piensa en forma de hipertexto, pero seguimos siendo seres “analógicos” (Donald, 1998).